La red fluvial en la Península Ibérica

 

 

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1. Vertientes hidrográfica y longitud

2. Nudos hidrográficos

3. Caudal, régimen fluvial, crecidas y estiajes, erosión, transporte, sedimentación

4. Los grandes ríos peninsulares

5. Vocabulario

 

 

La red fluvial de la Península Ibérica está bien desarrollada. Se formó principalmente durante el período glaciar Würm, en el Cuaternario. En las zonas montañosas es tupida mientras que en La Mancha, Este de Aragón, Tierra de Campos y Castilla la Vieja los ríos se encuentran más espaciados. Al mismo tiempo, la disposición de relieve determina el carácter exorreico de la mayoría de las cuencas fluviales, si bien no faltan, en menor proporción los fenómenos de endorreismo. 

 

 

 

1.     Las vertientes hidrográficas y longitud

 

 

Los ríos ibéricos desaguan en tres masas marinas, Mar Cantábrico, Mediterráneo y Océano Atlántico. Existen, pues, otras tantas vertientes hidrográficas  cuya delimitación así como los núcleos orográficos de los que parten sus principales arterias fluviales conviene reseñar. La línea divisoria de aguas se sitúa netamente al Este de la Península. Tiene forma de zeta invertida. Comienza en los Pirineos Orientales, desde donde siguiendo la zona axial –línea de máximas culminaciones- discurre hacia el Oeste para alcanzar el Pico de los Tres Mares, ya en la Cordillera Cantábrica. Desde aquí, bruscamente, tuercehacia el SSE y sobre la Cordillera Ibérica atraviesa la Sierra de Albarracín y Campo de Montiel hasta la Sierra de Alcaraz. En este punto, de nuevo cambia de rumbo, ahora el SSO, siguiendo la Cordillera Penibética y concluyendo en el Golfo de Cádiz, junto a Gibraltar 

 

 

 

Geo, Física, Hidrografía, Divisoria de aguas,Vertientes, Cuencas hidrográficas

                                                                                                                                                                                           

 

 

 

Cuando una línea de división de aguas cambia de sentido se dice que existe un nudo hidrográfico del que parten ríos  que surcando distintas vertientes hidrográficas se dirigen también hacia mares y océanos diferentes. En la Península Ibérica existen, pues, tres nudos hidrográficos: Pico de los Tres Mares, Sierra de Albarracín, próxima a Cuenca, y Sierra de Segura.

 

 

 

2.     Nudos hidrográficos

 

 

 

Geo, Física, Hidrografía, Nudos hidrográficos

 

 

Está cerca de Peñalabra, solo a 40 Km del Cantábrico, a 500 de la desembocadura del Ebro y algo más de la del Duero. Allí es donde enlazan la Cordillera Cantábrica y el Sistema Ibérico lo que confiere a este punto un doble valor, hidrográfico y orográfico.

 

Hacia Norte fluye el Nansa, río cantábrico típico, de corto recorrido y caudal –volumen de aguas- regular.

Hacia el Sudeste se desliza el Hijar, nombre con el que se conoce al Ebro hasta Fontibre (Reinosa). Desde aquí la corriente, entre los Sistemas Pirenaico e Ibérico, se ensancha hasta llegar a la Cordillera Costerocatalana cuyo roquedo de carácter cristalino, duro y resistente a la erosión,  obliga a valle y cauce   a encajarse. Por fin mediante desembocadura deltaica, en Tortosa (Tarragona), rinde aguas en el Mar Mediterráneo.

Si bien el río Duero, que desemboca en el Océano Atlántico, surge muy hacia el Sudeste del Pico de los Tres Mares, en los de Urbión (Soria), su el principal afluente, el Pisuerga, nace en el flanco meridional del mismo nudo, adoptando la dirección norte-sur.

 

En consecuencia el Pico de los Tres Mares, principal nudo hidrográfico, distribuye sus aguas por las  tres vertientes hidrográficas peninsulares: cantábrica, mediterránea y oceánica.

 

            Ya en pleno Sistema Ibérico este nudo,excéntrico alumbra al río Duero -vertiente Atlántica- uno de los de mayor recorrido, caudal y que desagua toda la Meseta Norte.

 

 

Sería más adecuado considerar como núcleo hidrográfico a toda la Serranía de Cuenca, y no sólo  a una de sus ramificaciones, la  Sierra de Albarracín. En efecto, en este conjunto, van a nacer tanto  el Tajo y los afluentes de su cabecera como los afluentes de la margen derecha del Guadiana en su cabecera como el Turia (Guadalaviar) y Jucar que desaguan en el Mediterráneo.

 

          Sierra de Albarracín

 

El Tajo, que casi en dirección Este-Oeste recorre la Submeseta Sur, entre el Sistema Central y los Montes de Toledo para atravesar en su tramo bajo la plataforma herciniana extremeña antes de entrar en Portugal, tiene su nacimiento a sólo 150 kilómetros de la costa mediterránea y mide 1050 de longitud.

 

          Sur de la Serranía de Cuenca

 

Es una zona constituida por una serie de llanuras fragmentadas por corrientes fluviales. El Guadiana sólo recibe de la Serranía de Cuenca las aguas de sus afluentes Záncara y Cigüela. El resto de su tramo superior se estudiará más adelante.

 

Lo mismo ocurre con el Jucar que enseguida, al dirigirse hacia el Sur, en su tramo alto, recorre el Campo de Montiel para luego virar hacia el Este buscando el Mediterráneo. La intensa actividad de los afluentes de su cabecera tiende, mediante erosión remontante, a capturar los afluentes del Tajo y del Guadiana.

 

 

Comprende el territorio, de menor altitud, correspondiente al Sudeste de la región manchega y donde las aguas del recién nacido Guadiana se estancan forando las Lagunas de Ruidera. La cuenca de este río se desarrolla, de este a oeste, entre los Montes de Toledo y Sierra Morena, pero al llegar a la frontera portuguesa se dirige hacia el Sur para desembocas en el Atlántico, por el Golfo de Cádiz.

 

El Guadalquivir nace en la Sierra de Cazorla, pero las cabeceras de sus afluentes de la cuenca de recepción –Guadiana Menor y Guadalimar- poseen cuencas particulares mucho más grandes que aquél en la zona. Además la fuente del Guadalimar se encuentra en la Sierra de Alcaraz, que junto con la de Segura sirven de divisoria de aguas entre las que vierten al Mediterráneo y las que lo hacen en el Atlántico; por su parte  el Guadiana Menor surge en la Sierra de Baza, más al Sur de este nudo hidrográfico.

 

   Los ríos costeros

 

Al margen de los citados nudos hidrográficos  existen los ríos denominados costeros que vierten sus aguas al mar y que no son tributarios de los mencionados hasta ahora. Pueden partir de cualquiera de las divisorias de aguas descritas hasta ahora o no como es el caso de la mayoría de los cantábricos.

 

Son ríos de corto recorrido y de variada caudalosidad. Todos ellos poseen características comunes: nacimiento a gran altura en relación con su escasa longitud, gran poder erosivo, nivel de base más bajo que el de los que discurren por el interior de la Meseta o de la cuenca del Guadalquivir por lo que tienden a capturar sus cabeceras.

No obstante presentan claras diferencias si nos atenemos a los dos grupos fundamentales de ellos: los que desembocan en la Atlántico y los que lo hacen en el Mediterráneo.

2.5.1 Costeros atlánticos

Poseen una caudalosidad más regular porque se encuentran en la zona de paso hacia el Este de las borrascas procedentes del Atlántico Norte –región holohúmeda- aunque su poder erosivo es menor porque los terrenos por los que pasan son menos sensibles a la erosión fluvial y los suelos poseen una extensa y permanente cobertera vegetal que regula la excesiva torrencialidad de las aguas.

2.5.2 Costeros mediterráneos

 

Tienen menor caudalosidad al estar situadas sus cuencas en una región menos afectada por las precipitaciones de las citadas borrascas. No obstante, aunque sufren prolongados estiajes, las lluvias, cuando llegan, caen en forma de tromba en pocos días del año por lo que la torrencialidad es enorme, ayudada además por la desnudez del terreno en lo referente a cubierta vegetal. Tales circunstancias originan con relativa frecuencia catastróficas inundaciones en época de lluvias –octubre y noviembre-. En esos momentos la erosión es intensa por lo que los relieves aparecen descarnados de sus materiales superficiales.

 

Un caso especial lo constituye la cuenca fluvial del Miño, que no llega tampoco a la divisoria principal de aguas, como se verá más adelante.

 

 

 

Geo, Física, Hidrografía, Longitud de los principales ríos peninsulares

 

 

3.     El caudal, regímenes fluviales, crecidas y estiajes, erosión y trasporte de derrubios

 

 

 

El caudal medio de un río está condicionado por varios factores tales como la cantidad de precipitaciones  -sólidas o líquidas- que recibe su cuenca, la naturaleza del suelo –permeable o impermeable-, la pendiente y la mayor o menor intensidad de la evaporación según latitud. Papel secundario, pero también importante, juega la capa vegetal que cubra el terreno puesto que sirve para retardar la velocidad del agua en caer en el canal colector, al tiempo que retiene parte de ella para sí misma. Por tanto el caudal medio de un río será igual a la cantidad de precipitaciones que reciba su cuenca menos la que se filtra en el suelo y la que se evapora por el calor. El caudal medio en un punto determinado del cauce se mide en m3/segundo.

 

Estas consideraciones nos llevan a pensar que los ríos poseen mayor caudal cuanto sus cursos están más alejados de la cabecera puesto que van recibiendo progresivamente aguas de los afluentes a lo largo de su recorrido. Y esto sería así en el caso de que toda la cuenca gozase de idéntico clima, una pendiente regular y suelos de la misma naturaleza. Pero estas condiciones se dan en casos excepcionales, sobre todo se trata de ríos cortos. Lo normal es que los ríos posean distintos caudales a lo largo de su recorrido en función de la desigualdad del aporte acuífero de sus afluentes.

 

En el caso de España nos encontramos con que el Tajo, por ejemplo, posee en Bolarque, tras 94 kilómetros de recorrido, un caudal de 43 m3/s y aguas debajo de Aranjuez, cuando ya ha recibido al Jarama, solamente 56 m3/sg. Del mismo modo el Ebro alcanza cerca de Arroyo –515 Km2 de cuenca- 21,7 L/sg / km2 y cerca de Tortosa –83.100 Km2 de cuenca- 7,4 L/sg/km2. Por el contrario, los ríos cantábricos, cortos y en región holohúmeda, aumentan su caudal a medida que se acercan a la desembocadura debido a que las lluvias son más constantes y están mejor repartidas a lo largo de todo el año en toda la cuenca.

 

En general se puede decir que los ríos del sur de la Península Ibérica son mucho más pobres en agua que los del Norte porque atraviesan regiones más áridas y la evaporación es mayor, al menos en tanto no vengan afluentes importantes a engrosar poderosamente sus caudales.

 

Si se quiere comparar el caudal de los distintos ríos hay que referirse a la unidad de superficie de sus respectivas cuencas de recepción. Se establece así el coeficiente de escorrentía que se expresa en litros por segundo por kilómetro cuadrado, tal  y  como se hizo en los caudales del Ebro en Arroyo y Tortosa. Los coeficientes de escorrentía disminuyen generalmente con el crecimiento de la cuenca de recepción, valle abajo, puesto que las curvas medias de las precipitaciones también lo hacen en esa dirección. Con todo siempre habrá de tenerse en cuenta los diversos aportes de los afluentes en los aumentos de caudal.

 

En la Iberia holohúmeda el coeficiente de escorrentía anual es, por término medio, de más de 20 l/sg/km2 en todas partes. En cambio, en el sur, a consecuencia de la gran extensión de la zona semiárida, los coeficientes son más pequeños. –entre 0,10 y 2,5 l/sg/km2- excepto en los ríos del extremo suroeste de la Cordillera Bética: el Guadairo 20, l/sg/km2 y el Guadalete 21,4 l/sg/km2, debido a las lluvias de relieve.

Es interesante conocer también los cocientes mensuales de caudal a base de dividir el valor absoluto del caudal medio de un mes por la doceava parte de la suma anual o caudal media anual. Si el caudal fuese siempre el mismo, este cociente tendría siempre el valor 1. Por consiguiente, valores superiores caracterizan los meses de caudal superior a la media mensual, y valores inferiores a los de caudal inferior.

 

 

Geo, Física, Hidrografía, Caudales y variaciones de los principales ríos peninsulares

 

 

Nos referimos en este apartado a la caudalosidad de los ríos a lo largo de todo el año condicionada por los distintos tipos de precipitaciones –sólidas o líquidas-. Por tanto nos encontramos en la Península con dos tipos de regímenes fluviales, nival y pluvial. Entre ellos se pueden establecer regímenes mixtos o intermedios en que las precipitaciones sólidas y líquidas jueguen un conjunto el papel más importante en la caudalosidad de las corrientes.

 

Los regímenes fluviales peninsulares se pueden clasificar en:

 

 

Geo, Física, Hidrografía, Regímenes fluviales típicos peninsulares
3.2.1    Río de régimen netamente nival

 

Se caracterizan por un estiaje muy intenso en pleno invierno en que la nieve y el hielo, en estado sólido, permanecen en las montañas. Las crecidas comienzan a producirse en primavera y se desarrollan en pleno verano por el deshielo. Encontramos este tipo de régimen en algunos ríos pirenaicos que nacen en cumbres muy elevadas. Es el caso del Caldarés, afluente del Gállego.

 

 

3.2.2    Ríos de régimen fluvial de transición o predominantemente nivales

 

Tienen sus máximos al final de la primavera y principio del verano –mayo, junio- producidos por el deshielo y las precipitaciones. Poseen un máximo secundario, netamente fluvial, a finales del otoño. Los estiajes son invernales. Se da en las cercanías del anterior, en los altos Pirineos, como es el caso del Segre, cerca de la Seo.

 

 

Geo, Física, Hidrografía, Caudal, Río Gállego

                                                                                                                                                                                                                                                   

 

3.2.3    Ríos de régimen nivopluvial

 

Su máximo más pronunciado se da en primavera – abril o mayo- por el deshielo y un máximo secundario pluvial en noviembre-diciembre. El mínimo principal, por la escasez de precipitaciones y la intensa evaporación, se da en Agosto mientras un el mínimo secundario en Enero, porque las nevadas permanecen en las montañas y el agua de fusión no existe por las bajas temperaturas. Es el caso del Tormes en el Barco de Avila, aunque donde  fundamentalmente está representado este régimen es en los altos Pirineos, Sierra de Gredos y Sierra Nevada.  Como se observa, en la regulación del caudal el papel más importante lo siguen jugando la nieve y el hielo.

 

3.2.4    Ríos de régimen pluvionival

 

Aquí las precipitaciones líquidas comienzan a tener más importancia que las sólidas. En este caso solamente se da un máximo y un mínimo: el máximo en marzo-abril por las lluvias primaverales y el deshielo; el mínimo en agosto-septiembre por la escasez de precipitaciones y la evaporación. Es el típico del resto de las cordilleras con alturas superiores a 1.500 metros. Ejemplos: Río Miño en Orense y Jucar en Cuenca.

 

3.2.5    Ríos de régimen pluvial levantino

 

Ya es exclusivamente pluvial. Su característica principal es la irregularidad. Poseen diversos máximos y mínimos. Los dos máximos principales se dan en primavera y a principios del otoño. En el último caso está asociado a la abundante nubosidad que algunas borrascas situadas en el Mediterráneo occidental voltean hacia la Península lo que ocasiona la crecida, a veces repentina, de los ríos con resultados catastróficos .

Los dos mínimos, uno más importante en pleno verano aunque debilitado por la acción cártica y otro en Enero-Febrero más ligero dada la escasa precipitación invernal en la zona.

 

3.2.6    Ríos de régimen pluvial bético

 

Se produce un largo mínimo de verano que dura varios meses y el máximo se da una sola vez en casi todas parte durante Febrero-Marzo. Es el régimen propio de los ríos de la mitad occidental de la Cordillera Bética y parte central de Sierra Morena. Como se observa la latitud, la insolación, la evaporación y las escasas precipitaciones juegan el papel más importante.

 

3.2.7    Ríos de régimen pluvial central

 

Se produce un mínimo muy pronunciado y prolongado durante el verano, particularmente en los ríos de corto recorrido del Macizo Ibérico; el máximo normalmente es único, durante febrero-marzo, y cuando hay secundario, como en el Zújar se produce en diciembre. Todo ello se debe a la continentalidad y la existencia de barreras montañosas entre este territorio y el Océano Atlántico.

 

3.2.8    Ríos de régimen pluvial atlántico

 

Se da sólo un máximo en los meses de lluvia –diciembre a marzo- pero muy acentuado, con un pequeño retroceso en febrero. El mínimo, muy pronunciado, se produce a finales de varano. Es el caso de los ríos portugueses costeros y españoles de la Cornisa Cantábrica. Estos, a pesar de la intensa pendiente que han de recorrer, conservan un caudal relativamente regular debido al territorio cártico por el que discurren y a la abundante vegetación que moderan la escorrentía.

 

3.2.9    Ríos de régimen cártico o cársico

 

Constituye un caso aparte, puesto que además de influir en la caudalosidad los tipos de precipitaciones que caen en su cuenca, el papel decisivo lo juega el terreno calizo sobre ésta se asienta. En efecto, determinadas calizas, porosas, retienen el agua lo suficiente como para que la escorrentía sea más lenta y el caudal se mantenga más equilibrado durante buena parte del año, aunque la cuenca no reciba constantes precipitaciones. El ejemplo más característico es el del Guadiana inmediatamente después de las Lagunas de Ruidera. El caudal es extremadamente equilibrado durante casi los doce meses del año, aunque su media sea baja –3,8 m3/sg (relación máximos y mínimos)-. El valor máximo es de 1,33 m3/sg y se produce en Mayo coincidiendo con las precipitaciones más abundantes; los valores de Junio-Julio –0,7 m3/sg- son todavía elevados en relación con la primera cifra y ponen de manifiesto la acción de las mencionadas calizas.

 

 

                 Se tratra de conocer los momentos en que las corrientes de agua arrojan los máximos y mínimos de caudal. Cabe distinguir entre los ríos de régimen nival y predominantemente nival y los ríos que poseen otros regímenes.

Los primeros se caracterizan por tener acusados estiajes en invierno al acumularse las precipitaciones en forma de nieve y hielos en las montañas –Gállego, Cinca, Segre-, y las crecidas a finales de primavera y durante el verano al fundirse aquéllos.

 

Los segundos presentan en general el mínimo caudal en los meses finales del verano y las crecidas a lo largo del invierno. En algunos casos se secan casi por completo, incluso ríos de largo recorrido; y esto es tanto más frecuente cuanto más meridional y más baja es la cuenca así como más impermeables sean las rocas. Los pequeños cursos fluviales desecados de la Península se llaman torrenteras o ramblas. A esta situación han llegado ríos como el Jalón y Jiloca (Ebro), Turia y Mula (Segura), Jarama y Henares (Tajo), Záncara, Cigüela y Jabalón (Guadiana), Guadalmellato y Guadaira (Guadalquivir), entre otros. Los momentos de máximo caudal están condicionado por los momentos de máximas precipitaciones en cada región; estos meses y días aparecen normalmente hacia la mitad del invierno, cuando pasan las borrascas atlánticas con centro a veces en el Mar Cantábrico y a veces en el Golfo de Cádiz.

 

Así mismo tanto los máximos como los mínimos vienen determinados por la mayor o menor anchura del valle o menor sequedad del terreno –ausencia de humedad. En valles anchos las aguas se extienden y sus niveles nunca son altos; si los suelos están muy secos parte del agua se introduce en ellos por imbibición que impide su llegada al cauce, ocurriendo lo contrario cuando ya están saturados de agua.

 

Las crecidas han producido multitud de catástrofes, sobre todo en la periferia mediterránea. Recuérdese la crecida del Jucar en 1916, en que a la altura de Játiva el río llevaba un caudal de 2962-3949 m3/sg, cuando el caudal normal es de 50 m3/sg; las aguas alcanzaron en esa ciudad los 8,56 metros de altura. Algo más atenuadas fueron las de 1957, auque también adquirieron categoría catastrófica.

 

 

 

Como regla general son mayores en las épocas de crecida que en las de estiaje. En consecuencia el trasporte de materiales está condicionado por el mayor o menor caudal así como la pendiente del terreno.

 

Hay que distinguir entre la potencia bruta y la potencia neta de un río. La potencia bruta es la energía representada por la cantidad de agua que pasa por segundo por delante de un observatorio determinado; la potencia neta es igual a la potencia bruta menos la absorbida por la suma de los rozamientos y la energía gastada en el trasporte de sedimentos.

PN= PB- (Pr +Ps)

 

Cuando la potencia absorbida por los rozamientos y la carga es inferior a la potencia bruta, la potencia neta es positiva, esto es, en ese punto la corriente excava; cuando la potencia gastada en ambas actividades es igual o superior a la bruta es río sedimentará, depositará los materiales que lleva en suspensión en cuyo caso se dice que la potencia es 0 o nula.

 

La potencia neta de los ríos españoles es  muy elevada, sobre todo en el caso de los periféricos que se ven obligados a salvar, en un corto trayecto, grandes desniveles. Como se ve la pendiente también juega un papel importante en el trasporte de materiales. Al mismo tiempo el influjo de clima subtropical mediterráneo es también fundamental: sequías y profundos estiajes veraniegos y violentas crecidas invernales intensificadas por la escasa o inexistente cobertera vegetal provocada por el hombre.

 

De todas formas los ríos de la vertiente mediterránea –Segura, Turia, Júcar, Vinalopó, Mijares, etc ...- son los que más derrubios arrastran en relación con la superficie de cuenca de tipo sedimentario reciente –Eras  Secundaria y Cuaternaria- que avenan. Lo mismo ocurre con los afluentes del Guadalquivir que descienden de las Montañas Béticas, y con los del Ebro –Jalón, Guadalope- que desecan las Ibéricas. En la desembocadura del mismo Ebro mismo se ha llegado a formar un importante delta.

 

En conjunto, a medida que los grandes ríos atlánticos avanzan hacia occidente y van encontrando afloramientos de materiales duros –pizarras, granito, cuarcitas- de la antigua meseta herciniana su capacidad erosiva encuentra más dificultad, aunque también aumenten las pendientes al encajarse los cursos y tener que salvar ásperos crepones de dichos materiales. No obstante en el caso de los ríos de corto recorrido que es el caso de Portugal avenan las depresiones litorales de carácter secundario, tales como el Mondego y el Sado e incluso el curso bajo del Tajo en que los  derrubios forman barreras de arena  que llegan cerrar por la mitad las desembocaduras, ayudados por las corrientes de fango marítimo procedentes del Sur.

 

En lo que se refiere a los ríos vasco-cantábricos, sobre todo en los primeros, que atraviesan una región en que las rocas de sedimentación secundaria forman el principal elemento litológico, están colmatando los estuarios principales; es el caso del Deva, Urola y Oria. Este fenómeno no es tan acusado en los ríos gallegos puesto que las rocas son hercinianas.

 

 

 

 

4.     Los grandes ríos peninsulares

 

 

 

En primer lugar diremos que todos participan de un régimen fluvial complejo en función de que muchos de sus afluentes poseen de distintos regímenes fluviales o por lo menos están relativamente diferenciados entre sí. Este hecho se deja sentir a lo largo de los cursos principales al cada uno afluentes con diverso régimen, como se ha dicho.

 

 

             4.1 El Miño

 

Es el único gran sistema fluvial que no llega a la línea de divisoria de aguas de la red general. Su curso a lo largo de 340 kmt posee una cuenca de 17800 k2 presentando las siguientes notas o características:

 

 

Geo, Física, Hidrografía, Caudal, Río Miño

                                                                                                                                            

Primera característica

 

Su cuenca de recepción es la más baja de España a excepción del Guadiana; se encuentra entre las Sierras de Coba da Serpa y de la Loba al Oeste, de las Sierras de Cabra al Norte y de Meira al Este.

 

La altitud de todas estas sierras oscila en torno a los 1000 m porque forman parte del gran Macizo Espérico arrasado ya en el Paleozoico; además dicho zócalo sufrió un hundimiento, según se cree, posterior al periodo cuaternario Grimaldiense –finales de la glaciación Würm- que rebajaría aún más el relieve de la región gallega respecto a la Meseta Castellana. Hay quien opina (Boureart) que simultáneamente la parte interior de Galicia se elevó a consecuencia de un movimiento de compensación isostático y que finalmente basculó hacia el oeste permitiendo la penetración de las aguas por los valles próximos al mar formando las actuales rías.

 

                      Segunda característica

 

Juventud y vitalidad del río en toda la cuenca. Este hecho contradice a primera vista la teoría del hundimiento del bloque gallego en cuyo caso el nivel de base se hubiese elevado y, por lo tanto, la red hidrográfica debía haber mostrado síntomas de senectud. Los defensores de esta teoría piensan que a pesar del hundimiento al ser muy reciente todavía no ha afectado de manera sensible al sistema fluvial  pero que pasado el tiempo sí  lo hará,  a menos que se produzcan nuevos movimientos del bloque.

 

Por otro lado parece que la teoría de Boureart está más de acuerdo con la vitalidad de la red hidrográfica, dada la elevación del bloque oriental gallego y en consecuencia la elevación de la cabecera del Miño, que habría adquirido nuevo poder erosivo. En cualquier caso el estudio del problema no está resuelto.

 

                    Tercera característica

 

Se refiere diferente régimen fluvial desde el nacimiento hasta el Embalse de Belesar donde se le une su principal afluente, el Sil, y desde ahí hasta la desembocadura.

 

En el primer caso tiene un carácter esencialmente pluvial atlántico, con un máximo prolongado de diciembre a marzo y un mínimo no muy acusado en verano; en el segundo, ya en dirección Nordeste-Suroeste, el régimen se transforma en pluvionival, con un máximo en abril -según la estación de aforo de Orense- de 1,73 de cociente mensual y un mínimo en agosto de 0,15.

 

En el último caso el máximo de abril se explica por el aporte de lluvia de los afluentes de la cabecera al que se suma el que procede del deshielo en la cabecera del Sil que nace en Peña Ubiña –1930 m de altura- al sudeste de Cangas de Narcea; en agosto las precipitaciones son más escasas y el deshielo ha concluido. El caudal medio del Miño en la misma ciudad es de 242 m3/sg. Para una cuenca de 12486 km2.

 

                 Cuarta característica

 

Se refiere al constante discurrir del lecho entre gargantas porque tiene que atravesar el Macizo Gallego, de rocas primarias muy duras: pizarras, granito, gneis. Las terrazas, cuando existen, son de pequeñas dimensiones.

 

Finalmente en conjunto el Miño recorre de Norte a Sur toda la provincia de Lugo, por cuya capital discurre, para, al entrar en la de Orense y atravesar también la ciudad, girar bruscamente hacia el Sudoeste y servir de frontera entre la provincia portuguesa del Minho y la española de Pontevedra. Por último desemboca en el Atlántico por La Guardia.

 

 

4.2 El Duero

 

        Nace en los Picos de Urbión (Soria) y, tras un corto tramo en dirección Norte-Sur, se dirige por una pendiente suave hacia el Oeste atravesando toda la Submeseta Norte. Posee la mayor cuenca de todos los ríos españoles: unos 95000 km2 y una longitud cercana a los 770 Km.  De los peninsulares también es el que discurre a mayor altura: 770 m sobre el nivel del mar. Su suave pendiente media es de 0,8 m por kilómetro. El nacimiento está a 2246 m de altura, pero en Numancia, a poca distancia de sus fuentes, ya ha pasado a lo 1009 y en Zamora, a 470 Km de recorrido, la altura es sólo de 600. Esta suavidad de perfil sufre una  brusca interrupción, tanto en su parte alta como en el curso inferior, donde sus pendientes son mayores: es el caso del sector portugués –2 m./km-.

 

Pueden distinguirse en consecuencia tres tramos en el Duero: superior, el más corto y que va desde los Picos de Urbión hasta Soria; medio, el más largo, en que el río apenas encajado discurre por la vasta llanura herciniana de la Meseta Norte; inferior donde pasa profundamente encajado, a través del Macizo Herciniano arrasado por la penillanura lusitano-leonesa.

 

 

Geo, Física, Hidrología, Río Duero, Cuenca hidrográfica Geo, Física, Hidrografía, Río Duero, Perfil Geo, Física, Hidrografía, Duero, Caudal, Toro

                                                                                                                                                                       

              4.2 El tramo superior

 

Ofrece una peculiaridad extraordinaria al formar un codo ante Numancia donde abandona su rumbo oriental ibérico para desviarse hacia el Sur y luego hacia el Este para acabar corriendo en sentido contrario. En Numancia se reúnen tres cursos casi iguales: el central, formado por el río Tera que desciende en dirección Norte-Sur; el Duero y el Merdancho que discurren a lo largo del Sistema Ibérico casi perpendicularmente al Tera formando un amplio valle de escasa profundidad. Entre los tres constituyen un abanico fluvial muy abierto que avena un amplio sector de las serranías ibéricas. Después de la confluencia del Duero, ya caudaloso, se encaja más de un centenar de metros en la penillanura soriana, que decapita las capas verticales primarias y secundarias.

 

La explicación del codo mencionado parece clara. Al comienzo el río, cuyo pie  yace la gran penillanura soriana con 300 metros menos de altitud y cubierta de potentes y groseras formaciones detríticas que sin duda son pliocénicas. Sobre éstas últimas divaga la corriente describiendo amplios meandros dirigiéndose primero hacia el Sur y luego hacia el Oeste.. La desviación no es, pues, un codo de captura a favor de la vertiente atlántica en perjuicio de la mediterránea. Precisamente ocurre lo contrario: la diferencia del nivel de base a favor de los afluentes del Ebro amenaza capturar al alto Duero: bastaría un pequeño retroceso, por erosión remontante, de las cabeceras de la cuenca del Jalón para que todo el alto Duero fuese desviado hacia el Ebro.

 

Aquí, desde Urbión hasta Almazán –según se ha comprobado en la estación de Aforo de Vinuesa, cerca del nacimiento- El Duero tiene un claro régimen pluvionival dada la altura de las montañas en que nacen él y sus afluentes, con máximos en marzo-abril y mínimos en agosto-septiembre.

 

4.2.2        El tramo medio

 

El río principal recibe numerosos afluentes. Los del Norte proceden de la Cordillera Ibérica y la Cantábrica: el Pisuerga cuyo nacimiento se encuentra en el Pico de los Tres Mares y que con sus ramas formadas por el Esgueva, Arlanza y Carrión recoge las aguas de casi la mitad de la Meseta Superior; el Esla, que con su afluente el Cea y otros más avena casi todo el sector leonés. Los afluentes de la orilla izquierda recogen las aguas de la Cordillera Central: Riaza y Cega: el ramaje aquí es más desarrollado y difuso.

 

Todos estos ríos discurren por amplias y llanas campiñas excavadas en el páramo miocénico formando las plataformas interfluviales, muy diseminadas e incluso reducidas a cerros testigo. El régimen fluvial sigue siendo el mismo, pluvionival, debido a que las montañas que avenan los afluentes del curso principal tienen alturas como para conservar cierto tiempo las precipitaciones sólidas. En Toro, para una cuenca de 41543 Km2, posee un caudal medio anual de 143 m3/sg. La gran crecida se inicia en diciembre y llega hasta abril, pero es en marzo cuando el cociente mensual alcanza la mayor cota, 2,02.

 

4.2.3        El tramo inferior

 

El Valle del Duero cambia de aspecto, aumenta acusadamente la pendiente del cauce y el río se encaja en tajos profundos que hienden la penillanura lusitano-leonesa. La ola erosiva atlántica llega hasta la llanura de los Arribes del Duero. El río sigue encajado en la penillanura del macizo paleozoico hasta el mismo Atlántico y recibe algunos afluentes importantes: en la orilla derecha el Sabor,Túa, Corgo y Támega; en la orilla izquierda el Tórmes, Huebra y Agueda en territorio español, y Coa y Paiva en el portugués. El régimen sigue siendo pluvionival tal y como se ha comprobado en las estaciones de aforo de Bitetos, un poco más arriba de la unión del Duero con su afluente Támega. Aquí, para una cuenca de 91700 Km2, el caudal medio es de 570 m3/sg. Como en el tramo anterior el cociente máximo mensual se da en marzo, 2,07, y el mínimo en agosto, 0,16.

 

 

En resumen se trata de un río con régimen claramente pluvionival, con red hidrográfica muy extensa y una pendiente suave, principalmente en el tramo medio que avena la totalidad de la Meseta Septentrional española.

 

 

 

    4.3 El Tajo

 

Si la Meseta Norte es desaguada por medio de un solo río, la Submeseta Sur lo es por dos: el Tajo y el Guadiana. El Tajo discurre por la fosa tectónica abierta entre el Sistema Central y los Montes de Toledo; el Guadiana por la plataforma sedimentaria existente entre dichos montes y el borde fallados del Sur de la Meseta, que viene denominándose Sierra Morena.

 

4.3.1 Tramo superior

 

El Tajo nace en los Montes universales, de la comunidad de Albarracín, no lejos de la Muela de San Felipe –1839 m-, en el insignificante manantial de Fuente García. Al principio corre durante algunos kilómetros, casi sin cauce diferenciado y sin caudal, por un antiguo valle tectónico situado en el interior de la Cordillera Ibérica. Pero pronto salva el desnivel entre estos valles antiguos y la llanura  de la meseta terciaria, a través de estrechas gargantas abiertas en las serranías ibéricas, en cuya labor le ayudan los afluentes procedentes de estas sierras: Gállego y Ablanquejo, en la orilla derecha y Guadiela en la izquierda. El régimen fluvial en su cabecera es pluvionival por la elevación de las montañas circundantes y desde aquí hasta el final del tramo alto, en Sacedón, a 213 Km de su nacimiento, en el lugar donde se haya la actual presa del embalse de Entrepeñas, se da el régimen pluvial central. La cuenca de recepción mide 3600 Km2 y el caudal es de 17,6 m3/sg. Posee dos cocientes máximos anuales casi iguales, uno en diciembre –lluvias invernales- y otro en abril –lluvias de primavera-; de los dos cocientes mínimos mensuales, el menos acentuado es el de enero –0,97- y el más acusado el de agosto –0,57-.

 

4.3.2        Tramo medio

 

En su segundo trayecto, el Tajo divaga suavemente por la llanura de la Submeseta  y en ella recibe a los principales afluentes. Los de la vertiente derecha proceden de la Cordillera Central: el Jarama y sus afluentes Tajuña, Henares y Manzanares, el Tiétar y Alagón que aprovechan en su camino sendas depresiones tectónicas abiertas  a través de los bloques d e dicha Cordillera. Por su vertiente izquierda recibe algunos cursos poco importantes: Algodor, Almonte y Salor que se escurren por los flancos de los áridos montes toledanos.

 

Todos estos ríos de la llanura discurren por amplias campiñas excavadas en las plataformas de los páramos que alcanzan gran desarrollo en la vertiente derecha del cauce, en la Alcarria. El Tajo propiamente dicho aprovecha en este sector la fosa tectónica entre la Cordillera Central y los Montes de Toledo, como se ha dicho, rellena de materiales blandos terciarios. Sin embargo, algunas veces se acerca a los segundos y  muerde en su base los materiales del zócalo paleozoico, más duros, abandonando para ello su fácil camino a través de los materiales blandos de  la depresión que ocupa.

 

El régimen fluvial de los afluentes aquí es complejo: hasta la desembocadura del Jarama el régimen sigue siendo en ambas márgenes pluvial central, pero a partir de este lugar los que marcan la pauta son los de la derecha que bajan de las altas cumbres del Sistema Central, desde Sierra Ministra a la Sierra de Gata, con régimen pluvionival. A partir de la Sierra de Gata y hasta Vila Velha de Ródao, ya en territorio portugués, donde está la estación de aforo que mide la caudalosidad y régimen del tramo, el segundo vuelve a ser pluvial atlántico. Por todo ello en esa estación el régimen vuelve es complejo.

 

 

 

Geo, Física, Hidrografía, Régimen fluvial, Río Tajo, Fuente: Diario El País, Elaboración propia

4.3.3        Tramo inferior

 

En el tercer tramo, totalmente en territorio portugués, el río se encaja progresivamente en la penillanura herciniana lusitano-extremeña que arrasa la Meseta hasta su salida al mar. El valle es ya una quebrada cada vez más angosta y profunda, aunque menos que en el caso del Duero. Ese hecho es debido a que el Tajo encuentra más fácil la salida al océano gracias a la fosa lisboeta que también atrae las aguas del Sado. El bloque paleozoico en lugar de quedar bruscamente cortado en el mar, como en el caso del Duero, se hunde suavemente bajo la fosa o depresión mencionada y las aguas del Tajo se escurren por este plano inclinado de la llanura que le permite formar el Estuario  o Mar de la Paja.

 

El régimen fluvial en la zona es francamente pluvial atlántico, con un máximo acentuado de diciembre a marzo y un mínimo muy pronunciado a finales de verano.

 

En resumen, el Tajo con una cuenca de 9000 Km2, posee un régimen fluvial complejo, síntesis de los particulares a lo largo de toda su cuenca: tramo alto, pluvionival y pluvial central; tramo medio, complejo; tramo inferior, pluvial atlántico.

 

 

4.4      El Guadiana

 

Es uno de los ríos más interesante de la Península Ibérica, aunque no el más caudaloso ni de mayor longitud –550 Km-. Cabe distinguir en él dos tramos perfectamente diferenciados: uno, el de la cabecera hasta que recibe el afluente Cigüela, cerca de Alcázar de San Juan, y otro desde ese punto hasta su desembocadura en el Golfo de Cádiz.

 

 

Geo, Física, Hidrografía, Cuenca hidrográfica, Río Guadiana Geo, Física, Hidrología, Río Guadiana, Cudal Geo, Física, Hidrología, Regímenes fluvales, Ríos Guadiana y Jerte

 

 

            4.4.1 Primer tramo o tramo superior

 

                        El Guadiana nace como nace como un afluente insignificante en la altiplanicie del Campo de Montiel, en los manantiales de Pinilla, que escurren sus aguas hacia la planicie de  La Mancha. Después de un recorrido de 30 km llega, tan escaso de caudal como nació, a las Lagunas de Ruidera. Son estas lagunas diecisiete hoyas importantes, escalonadas a lo largo veinticinco km y con un desnivel total de 128 m que las aguas salvan en cascada. La aparición de estas aguas lagunares está determinada por el potente espesor de las calizas del Triásico Superior que forman los Campos de Montiel; esta masa caliza permeable se encuentra sobre un manto de margas arcillosas y yesíferas impermeables. Como en todos los macizos calcáreos las aguas de lluvia se infiltran rápidamente por las oquedades abiertas por disolución de las rocas dando lugar a un conjunto de cavernas subterráneas donde se acumula el agua sin poder continuar la penetración más allá del nivel impermeable de las mencionadas margas. Este manto acuífero es el que resurge por los manantiales de Ruidera, como típicas fuentes de macizos cársicos. En estos manantiales se constituye verdaderamente el llamado Alto Guadiana que con el notable aporte se dirige hacia la llanura de La Mancha a la que alcanza a la altura de Argamasilla de Alba.

 

En el trayecto recorre terrenos llanos con un desnivel total de 0,5 m/km, y deslizamiento lentísimo. Privado de nuevos aportes pronto empiezan a notarse en su caudal los efectos de la aridez climática de la llanura, y el río termina desapareciendo por evaporación a 56 Km de Ruidera. Lo mismo le ocurre a su vecino Azuer. Tan sólo en las grandes avenidas producidas por lluvias torrenciales las aguas desbordan el cauce y se extienden por la llanura, sin curso diferenciado, alcanzando las otras lagunas en que nace el Bajo Guadiana. Pero las aguas no se pierden todas por evaporación porque parte de ellas se recogen en un nivel inferior impermeable, diferente al de las margas de las Lagunas de Ruidera, y situado a pocos metros de profundidad. Es la zona, por debajo de la llanura miocénica terciaria, donde más pozos afloran en La Mancha.

 

Como la cubierta miocénica va adelgazándose hacia el oeste llega un momento que dicho nivel impermeable, poco profundo, aflora a la superficie, apareciendo las aguas de infiltración y formando pequeños manaderos u ojos a flor de tierra. Tales son los llamados Ojos del Guadiana. El agua aparecida de esta forma se acumula en la planicie de Daimiel donde forma una región pantanosa a la que va a unirse el río Cigüela, procedente de las sierras orientales de la Meseta. Así este conjunto de aguas resulta ser, en realidad, el verdadero Guadiana, sobre todo cuando más de la mitad del caudal que lleva aquí el procede de las citadas emergencias subterráneas. Casi hasta Peraltillo, en una longitud de 30 Km, se extiende la zona pantanosa del río, de aguas tranquilas, con cauce apenas diferenciado, escondido entre cañizares y otras plantas, y con una pendiente que no alcanza 1 m/km, por lo que el agua que aflora en los Ojos del Guadiana tarda en llegar a la citada localidad  con varios meses de retraso.

 

 

El régimen fluvial es, pues, cársico en la cabecera. En la estación de aforo de Atajadero, cerca de Tomelloso y a pocos kilómetros de las Lagunas de Ruidera, la cuenca de recepción es de 1055 Km2 y su caudal medio anual de 3,8 m3/sg. En mayo alcanza su cociente mensual máximo –1,3- y en diciembre con 0,97 en segundo máximo atenuado. El mes que da el cociente mínimo es septiembre con 0,82. Todo ello –la escasa diferencia entre máximos y mínimos a lo largo del año- nos indica la existencia de un régimen cársico en que las calizas van soltando poco a poco las aguas almacenadas. El caudal es, pues, escaso pero muy regular a lo largo de todo el año.

 

4.4.2        Segundo tramo

 

Comienza a partir de la zona pantanosa de Daimiel. Ahora el río, con un curso anchísimo instalado  sobre la llanura manchega de blandos materiales miocénicos, se dirige hacia el oeste. Esta represión es debida a que encuentra dificultades en su discurrir por el umbral del Campo de Calatrava, formado por rocas duras, levantado recientemente e interpuesto entre la planicie manchega y la penillanura extremeña. Este leve resalte, difícil de aserrar, constituye un poderoso dique que represa tras de sí a los ríos de la región.

 

Llegado el Guadiana  a la penillanura lusitano-extremeña –Alentejo, Extremadura- se forma el escalón principal del río, provocado por la erosión remontante a partir de la desembocadura. El valle se encaja en el impresionante canal de la Corredeira, de 300 m de profundidad, en la penillanura del Alentejo. El contraste es muy grande si comparamos esta zona con la de La Mancha y Extremadura.

 

La estación de aforo de Puente de Palmas, dentro de Badajoz, que está todavía a 260 km de la desembocadura aún representa el tipo de régimen pluvial central que a partir de las Tablas de Daimiel adoptó el río. Los valores extremadamente bajos son muy acusados y frecuentes sobre todo en los meses comprendidos entre julio y octubre –0,07 en agosto y 0,09 en septiembre- debido a la evaporación; también es sorprendente la concentración de aguas de febrero a abril –febrero 3 y marzo 2,43-. El valor de febrero se explica por el hecho de que todos los afluentes llevan en ese mes su mayor cociente de caudal. Terminaremos diciendo que en Fuente de Palmas el río posee ya una cuenca de 47500 Km cuadrados y un caudal de 78,8 m3/sg.

 

 

4.5      El Guadalquivir

 

El río Guadalquivir recorre en su 560 Km toda la Depresión que le da nombre. Recibe por su derecha todos los derrames procedentes del flanco meridional de Sierra Morena, mientras que por la izquierda avena la mayor parte de las cordilleras béticas. Las aguas de Andalucía vierten en este río a excepción de las que desde el gran Macizo Penibético van a parar directamente al Mediterráneo.

 

El Guadalquivir ocupa en la actualidad el fondo de una gran depresión en otro tiempo convertida en parte antiguo estrecho bético que unía el Mar de Tetys, entre Europa y Africa, y el Océano Atlántico, entre el borde meridional de la Meseta Ibérica y el Macizo Bético-Rifeño, que entonces formaba un solo bloque,  cuyos derrames iban a engrosar las aguas de tal estrecho. La fachada mediterránea actual no existió hasta tiempos recientes: fue construida, sobre materiales sedimentarios, por los movimientos alpinos. Por otra parte, los derrames que avenan hoy el escarpe, de escasa altura, de Sierra Morena aunque no tenían un nivel de base muy bajo han capturaron algunos afluentes de la margen izquierda del Guadiana, en la Meseta, pero no pudieron originar cursos tan importantes como los que descendían, desde lejos, de las grandes alturas bético-rifeñas. De ahí la disimetría de la red fluvial del Guadalquivir.

 

 

 

  FORMACIÓN DEL VALLE DEL GUADALQUIVIR

                                                Secuencia

 

                                             Macizo Ibérico

      

 ERA PRIMARIA                            Mar de Tetys

                                                           

                                 Africa escindida del continente Gondwana

                                                                                 

 

                         -------------------------------------------------------------

                           ( Erosión del Macizo Ibérico y Africa y sedimentación periférica)

                                           Meseta Ibérica         

 

      ERA                           

SECUNDARIA                        Mar de Tetys

           

                                                 Africa

 

                     ------------------------------------------------------------

 

                                                    2º)  Meseta Ibérica (permanece inmóvil y rígida ante el empuje africano)

                                                                        (Sierra Morena, reborde Sur o labio sur de la Meseta)

                                                        2º) Hundimiento por isostasia y formación: Valle del Guadalquivir                                 

                                                       

ERA TERCIARIA          3º) Elevación por plegamiento: Cordilleras Béticas

 

                                                       2º) Hundimiento por isostasia y formación: Estrecho de Gibraltar (Unión Atlántico-Mediterráneo)

 

                                                       3º) Elevación por plegamiento: Cordillera del Atlas

 

 

 

 

 

                                                               1º) Africa 

                                                                                                                                                                                               

     

                              ----------------------------------------------------------------------------------------------

                                                     Elaboración propia: Francisco Adeva Herranz 

 

 

                                                                                                                                                                                               

                              

               Tras el levantamiento del Macizo Bético-Rifeño y posterior hundimiento de su dovela central ocupada ahora por el Mediterráneo, nace la red de la fachada meridional andaluza, pero es ya demasiado tarde como para que la acción erosiva remontante haya podido penetrar muy adentro, hacia el Norte. Sin embargo la violencia de sus ataques, favorecidos por una diferencia notable del nivel de base, ha cercenado ya las cabeceras de algunos antiguos tributarios del Guadalquivir por su margen izquierda.

 

Así este río, amenazado constantemente por la red joven y enérgica mediterránea, compensa sus retrocesos con las ganancias que, a expensas de los ríos de la Meseta, obtiene por su margen derecha.

 

 

Geo, Física, Hidrología, Río Guadalquivir, Perfil de la Cuenca y caudal

 

4.5.1 Tramo superior

 

            Presenta el Guadalquivir tres partes bien diferenciadas. La superior, de tipo montañoso, recorre las sierras calcáreas béticas en las que se abre paso a través de estrechas gargantas; la media, la más larga e importante, transcurre apacible a lo largo de la gran depresión terciaria –abandonada por el Mar de Tetys- a la que recorre de Este a Oeste adosado al pie de Sierra Morena; finalmente, en su curso inferior discurre formando meandros por la planicie pantanosa que él mismo ha formado con sus aluviones.

 

Nace el Guadalquivir en La Cañada de Aguas Frías, a 1400 m. de altura, entre la sierras de Cazorla y de Segura. Sigue durante 50 Km. en  dirección Nordeste impuesta por ambas alineaciones, hasta que tuerce bruscamente  hacia el Suroeste para iniciar el camino por la depresión terciaria a través de un portillo abierto en las mencionadas sierras.

 

La estación de aforo de Pósito –el río ya posee aquí una cuenca de 1400 Km2  y un caudal medio anual de 18,3 m3/sg.-, un poco más arriba de la unión con el Guadiana Menor, nos muestra un régimen pluvial bético con dos máximos, uno en diciembre –1,29 l/m2-,el más atenuado, y otro en febrero –2,56 l/m2- debidos ambos a los máximos de precipitación invernal; el mínimo se presenta a los largo de los meses de julio, agosto y septiembre, aunque no es tan agudo como en el régimen pluvial atlántico puesto que las sierras de Cazorla y Segura están compuestas por calizas jurasicas que regulan las aguas.

 

4.5.2        Tramo medio

 

Comienza al llegar al llano de la depresión  donde el Guadalquivir se une al Guadalimar. Ahora las aguas de ambos ríos discurren juntas adosadas al escarpe tectónico o falla de la Meseta –Sierra Morena-, al que lamen en su parte baja, para lo que previamente tuvieron que desmantelar la cubierta de materiales miopliocénicos allí existentes.

 

En Córdoba, en el centro de la depresión y valle, la corriente discurre a 100 m. de altura sobre el nivel del mar, y en Sevilla, a un centenar de km. de la desembocadura, tan sólo a 8 ó 10 lo que permite la penetración hasta aquí del flujo de las mareas oceánicas.

 

En este tramo los afluentes de la orilla derecha –Jándula, Guadalmellato, etc ...- favorecidos por su menor nivel debido a la diferencia del altitud –500 m.- entre la altiplanicie de la Meseta y el fondo de la Depresión, disecan profundamente el escarpe tectónico y han realizado capturas a expensas de los afluentes de la margen izquierda del Guadiana.

 

Por su parte, los afluentes de la orilla izquierda –Guadiana Menor, Guadalbullón, Guadajoz y Genil- avenan la mayoría de las demás serranías béticas: el Genil, el más importante, riega la Vega de Granada. Gracias a él y al Gadiana Menor que han nacido en lo más alto de la Cordillera Penibética el régimen fluvial es de tipo pluvionival . Eso y el hecho de que en la estación de aforo de Cantillana, cerca de Sevilla, también ha recibido el río a sus tributarios de régimen pluvial, procedentes de la Cordillera Subbética y de Sierra Morena, antes descritos, determina allí la existencia de un régimen  marcadamente complejo. Ya, para una cuenca de 43724 Km2, el caudal es de 164 m3/sg. Registra además dos máximos: el más acentuado en febrero y marzo con 2,06 y 2,05 ambos de cociente, y el más  atenuado con 1,52 en diciembre. Las aguas bajas se dan en junio, julio y agosto alcanzándos en el último los 0,21 de cociente. Como se ve se produce una situación parecida a la del tramo inferior del Tajo, que posee los dos máximos en la misma época, aunque la mínima estival del Betis (Guadalquivir) sea menos acentuada.

 

4.5.3        Tramo inferior

 

En esta zona la corriente desciende por suavísima pendiente, ensancha su valle sobremanera y discurre sobre aluviones propios, para al final originar sus famosísimas marismas y desembocar por Sanlúcar de Barrameda.

 

 

 

4.6      El Ebro

 

La cuenca del Ebro, como la del Guadalquivir, tiene forma triangular y está limitada al Norte por las montañas cántabro-vascas y las pirenaicas; al Este por las costero-catalanas y el Mar Mediterráneo; al Sur por el Sistema Ibérico. Posee una extensión superficial de 86783 Km2, la mayor de España aunque no de la Península. La pendiente del valle está comprendida entre los 1800 m. en su cabecera –río Hijar-, los 800 en Reinosa y los 50 en Mequineza, ya cerca de la desembocadura. La media es de 225 m.

 

Con 928 Km. de lontitud  es el más caudaloso de España. Su caudal de crecida es de 1760 m3/sg. en Tortosa –desembocadura-  y el estiaje de 197 m3/sg.. Por su parte, el volumen total de caudal se acerca a los 1400 m3. Nace en Fontibre, a 800 m. de altura, aunque hoy se suele opinar que su verdadero nacimiento se encuentra en las fuentes del río Híjar, como ya se ha dicho con anterioridad. Se pueden distinguir en él cuatro tramos bien diferenciados: el primero hasta Haro, por el que corre encajado entre las calizas de los sismetmas montañosos que le circundan; un segundo es el que atraviesa la dila tada llanura de esa localidad y la de Fayón, cerca de los llanos de Urgel; el tercero atraviesa la Codillera Costero-Catalana; el cuarto es el del delta que forma en su salida al mar.

 

El Ebro, en Arroyo, a 32 K. de su nacimiento, pertenece todavía al régimen pluvial atlántico por permanecer todavía bajo la acción de los ciclones o borrascas que llegan del mar Cantábrico. Su cuenca aquí es de 518 Km2 y su caudal medio anual de 11 m3/sg. Se dan dos máximos en invierno, uno en enero –1,72- y otro en marzo –1,81- y un mínimo en septiembre de 0,13 de cociente. Pero por influencia de los ríos secundarios, numerosos y grandes, que proceden de los Pirineros, helados en invierno, su régimen en Zaragoza es claramente pluvionival. Ahora bien, en Tortosa, cerca de la desembocadura, el régimen es complejo dada la influencia tanto de los afluentes pirenaicos como de los ibéricos y costero-catalanes. Aquí su cuenca alcanza los 83093 Km2 y su caudal medio anual los 615 m3/sg.

 

Presenta tres máximos: uno en diciembre, más atenuado, -1,25- por las lluvias invernales; otro en marzo –1,57- , motivado por las primeras lluvias primaverales y sobre todo por el deshielo de los río del Pirineo; otro en mayo como consecuencia de los últimos aportes de la fusión del hielo –1,47-. El mínimo más acusado se produce en agosto –0,29- , pero el estiaje del verano es menos acentuado que en otros ríos peninsulares, excepto en el tramo de Los Monegros, por los aportes regulares a partir de las calizas de los montes circundantes.

 

Los afluentes más importantes son los de su margen izquierda: el Arga y el Aragón que se unen antes de verter sus aguas en el Ebro frente a Alfaro, el Gállego que desagua en el canal colector por Zaragoza, y el sistema Cinca-Segre que procedentes de los Pirineos Centrales poseen una cuenca considerable para unirse al Ebro en Mequinenza.

 

Por la margen derecha los aportes de sus afluentes son muy inferiores. El más importante de todos ellos es en Jalón que nace en Sierra Ministra y avena la Depresión de Calatayud para unirse al Ebro aguas arriba de Zaragoza. Le siguen en importancia el Huerva y el Guadalope.

 

 

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5. Vocabulario

 

 

 

Acuífero: Es un embolsamiento de agua subterránea debido a la infiltración de las aguas de lluvia y su acumulo sobre un estrato impermeable.

 

Caudal: Es la cantidad de agua, medida en m3 por segundo (m3/s), que pasa por un punto determinado del cauce de un río.

 

Caudal relativo: Es el valor que se obtiene al dividir el caudal medio anual de un río entre los kilómetros cuadrados de su cuenca.

 

Cuenca hidrográfica: Es el territorio cuyas aguas vierten  en un río principal y sus afluentes.

 

Delta: Saliente costero de aspecto en forma de letra delta mayúscula griega (Δ) y constituido por los sedimentos depositados allí por un río.

 

Desalinización: Técnica que permite producir agua dulce a partir del agua salada por eliminación de las sales que contiene.

 

Divisoria de aguas: Línea que separa dos cuencas hidrográficas.

 

Estiaje: Es el período –generalmente en el estío, el verano, aunque no necesariamente- durante el cual las corrientes de agua alcanzan el caudal más bajo.

 

Galerías:  Sistema de aprovechamiento de aguas subterráneas propio de las Islas Canarias. Cosiste en túneles horizontales que penetran por las laderas en las montañas hasta los diques naturales tras los cuales están los depósitos de agua acumulados durante años.

 

Hoz, cañón o garganta: Surcos estrechos y profundos, enmarcados por vertientes abruptas, debidos a la acción de los ríos.

 

Meandro:  Curva del curso de un río formada por la erosión de la corriente sobre la orilla cóncava y de la sedimentación sobre la convexa.

 

Rambla: En Cataluña y Valencia, cauce seco de un torrente por el que solo  circula el agua ocasionalmente, por motivo de precipitaciones tormentosas, cortas y violentas.

 

Ría: Valle fluvial invadido parcialmente por el mar.

 

Terraza fluvial: Antiguo llano de inundación de un río y abandonado más tarde por el encajamiento fluvial  en su propio lecho debido a la erosión del agua (erosión lineal).

 

Torrente: Curso de agua  intermitente que posee caudal solo cuando llueve.

 

 

 

Francisco Adeva Herranz

Gijón 1995